La música no muere: las millonarias ganancias de las estrellas de rock y pop después de su último show

El legado de las estrellas del pop y el rock trasciende la vida: sus nombres, canciones y marcas continúan generando millones en la era digital

Mercadeo

Descubre el Top 11 de artistas de rock y pop que, aun fallecidos, siguen ganando millones gracias al streaming, licencias y su nombre como marca.

Aunque sus voces dejaron de sonar en vivo, sus nombres continúan generando millones. En la era del streaming, las licencias, el merchandising y los conciertos póstumos —incluso con hologramas— los grandes del rock y el pop se mantienen como potentes máquinas de ingresos. Este Top 11 lo demuestra.

Muchos melómanos y curiosos suelen hacerse la misma pregunta: ¿cuánto siguen facturando aquellos artistas musicales que ya fallecieron, pero cuyas obras sonoras continúan emitiéndose en todas partes y generando ganancias? En este artículo despejamos esas dudas y damos respuesta a esa inquietud con cifras recientes, análisis de expertos y un ranking de los nombres que más ingresos producen aún después de su último show.

Con base en los datos más recientes disponibles… (Forbes 2024, reportes públicos de catálogo, derechos, licencias y análisis de empresas del ramo). No todos los artistas tienen cifras exactas, pero se estiman sus ingresos de marca (música, derechos de imagen, merchandising, licencias, etc.).

Top 11 de artistas fallecidos de rock y pop con mayores ingresos anuales recientes *

Posición

Artista

Ingresos estimados recientes*

Principales fuentes de ingreso

1

Michael Jackson

US$ 600 millones (2024)

Venta de catálogo, musical MJ, licencias, streaming, giras póstumas, merchandising.

2

Freddie Mercury (Queen)

US$ 250 millones (2024)

Catálogo de Queen, streaming, licencias, cine-biopic, conciertos de marca.

3

David Bowie

US$ 250 millones (2022)

Venta y explotación de catálogo, licencias, reediciones, su marca artística.

4

Ric Ocasek (The Cars)

US$ 45 millones (2024)

Venta de parte de catálogo, licencias de canciones, derechos de autor.

5

Elvis Presley

US$ 35 millones (2024)

Derechos de Graceland, merchandising, licencias, reproducción musical, turismo.

6

Prince

US$ 35 millones (2024)

Catálogo, licencias de imagen, streaming, productos de marca.

7

Bob Marley

US$ 34 millones (2024)

Película-biopic, catálogo, licencias, mercancía, streaming.

8

John Lennon (The Beatles)

US$ 17 millones (2024)

Catálogo Beatles, imagen, licencias, derechos de autor.

9

George Michael

US$ 15 millones (reciente)

Regalías de catálogo (“Last Christmas” y otros), licencias, streaming, derechos de imagen.

10

James Brown

US$ 15 millones (2024)

Streaming, licencias, merchandising, legado cultural.

11

Whitney Houston

US$ 13 millones (2024)

Licencias, streaming, imagen, reediciones, participación en contenidos.

* Cifras combinadas de reportes Forbes 2024, estimaciones públicas y ventas de catálogos recientes. Son aproximadas y pueden variar según nuevas licencias o ventas puntuales. No se obtuvieron cifras corroborables de Amy Winehouse y Ozzy Osbourne y otros artistas ya fallecidos.

Catálogos musicales que nunca caducan

Las canciones son activos que no expiran. Cada reproducción en Spotify, Apple Music, YouTube u otras plataformas, así como cada licencia de sincronización en series, anuncios o películas, continúa generando regalías.

Carlos Alberto Acosta (CAL), comunicador social-periodista y director de MUROCK, lo resume así: “Desde que un artista entra a la industria discográfica comienza a generar dos patrimonios: el fonográfico, ligado a la comercialización de las grabaciones, y el autoral, ligado a las canciones como obras intelectuales. Cuando el artista muere, estos patrimonios quedan expresados como catálogos que las disqueras y editoras se encargan de explotar en todos los formatos posibles. Es una maquinaria que no se detiene”.

Asimismo, precisa que: “Por su naturaleza, estas empresas siempre buscarán ubicar esos catálogos en los mercados a través de las tecnologías dominantes, para generar ingresos tanto para ellas como para los beneficiarios del artista, sobre todo en cuanto a las obras que escribió o compuso. Artistas con una estructura administrativa muy grande registran también nombres, logotipos, imágenes icónicas, ropa, de tal manera que no puedan ser usurpadas por otras personas”.

La fuerza de la marca personal

En cuanto a esta consabida huella de los artistas, CAL enfatiza que: “La marca de un artista no se construye únicamente con su música, sino también con sus conciertos, libros, filosofía, activismo y estilo de vida. Por eso no hay una fórmula exacta: Michael Jackson fue constante, Bowie tuvo etapas de crisis y Amy Winehouse vivió una caída rápida. Cada caso es único, y justamente esa diversidad lo hace fascinante”.

Por su parte, Gabriel Posada Gálvis,
publicista, gestor de contenidos, mercadeo y tecnologías, conceptúa: “Michael Jackson supo convertir el videoclip en un vehículo narrativo para transmitir toda su iconografía. Además, se autoproclamó Rey del Pop en una jugada magistral de marketing. Elvis Presley ya había hecho algo similar en los años 50, y décadas después, canciones de Queen o de Bowie siguen siendo parte del imaginario colectivo. Esa es la verdadera fuerza cultural del pop: organizar lo popular en símbolos que nunca caducan”.

Comercialización, licencias y hologramas

Posada Gálvis advierte sobre el futuro: “La próxima década traerá aún más innovaciones. La inteligencia artificial y la realidad aumentada revivirán catálogos de formas inéditas, pero también veremos una industria dominada por abogados. La música se está volviendo un negocio legal y familiar, donde herederos y representantes presionan para mantener vigente un legado altamente rentable”.

Ventas de catálogos y top de ingresos

La venta o cesión de derechos de un repertorio puede disparar las ganancias en un solo año, como ocurrió con Michael Jackson o la obra musical de Queen. Estas transacciones no solo enriquecen a herederos y disqueras, también aseguran la circulación de la música en todas las plataformas posibles.

Nostalgia que traspasa generaciones

Posada lo explica con claridad: “El talento sí cuenta. Elvis Presley trasciende con su música incluso en shows que hoy se preparan con inteligencia artificial y hologramas. ¿Por qué? Porque estas canciones generan un impacto emocional que se transmite de padres a hijos. La música se convierte en memoria afectiva, y eso asegura su vigencia por generaciones”.

De igual modo, Posada señala que: “El algoritmo de Spotify modificó la música: desaparecieron las intros largas y los solos de guitarra. Luego TikTok aceleró esa tendencia con canciones comprimidas en 30 segundos. Pero frente a estas modas, los catálogos de los grandes artistas sobreviven, porque lo que ellos crearon no fue solo música: fue identidad cultural”.

Lo que enseña este fenómeno

  • ·       Marca que trasciende al individuo. El negocio no depende ya de la vida física, sino de la obra y la historia.
  • ·       Gestión profesional del legado. Herencias, catálogos y acuerdos fiscales son esenciales.
  • ·       Innovación en formatos. Hologramas, IA y experiencias inmersivas abren nuevos caminos de consumo.
  • ·       Impacto legal y ético. El uso de imagen y derechos post mortem exige sensibilidad y normas claras.

Las estrellas del rock y pop fallecidas demuestran que su legado permanece vivo en las playlists de los fans y como marcas altamente rentables. Michael Jackson encabeza este ranking, seguido por Freddie Mercury, Elvis, Prince, Bob Marley y George Michael.

A medida que surgen nuevos formatos de consumo y experiencias inmersivas, estas marcas experimentan una continuidad económica que desafía al tiempo y a la muerte.

Lo dijeron los expertos:

Carlos Alberto Acosta: “Los artistas, junto a sus equipos y disqueras, suelen diseñar estrategias de medios 360° que buscan mantener un contacto permanente con el público. El alcance de esas estrategias depende de la capacidad económica y del momento de la carrera: no es igual un artista nuevo, uno consagrado o uno en decadencia”.

“Las nuevas tecnologías son canales valiosos para mantener viva la relación con la audiencia, pero lo esencial sigue siendo la coherencia entre el artista y su música. Solo esa autenticidad convierte a la audiencia en un mercado real que consume, compra y sostiene un catálogo que puede sobrevivir incluso décadas después de su muerte”.

Gabriel Posada: “La última década nos muestra lo que viene: la música ya fue transformada por el streaming, la inteligencia artificial y nuevas plataformas. Hoy vemos cómo Spotify retira millones de canciones sospechosas de imitaciones generadas con IA, pero algo no cambia: la música sigue siendo un concepto, un punto de vista. La tecnología son solo herramientas, no criterio artístico”.

“Las producciones discográficas no solo se reproducen en plataformas: siguen apareciendo en comerciales, series y sincronizaciones audiovisuales que generan enormes ingresos. No olvidemos que Michael Jackson hizo más dinero el día que murió, en descargas digitales, que en sus últimos cinco años en vida”.

La música no conoce de finales: comparte este artículo y demuestra que el legado de los grandes artistas nunca muere.

#MúsicaEterna #RockYPop #MarcasInmortales

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