Deepfakes y estafas digitales disparan la alerta sobre la confianza en el sistema financiero colombiano

Esta cibercriminalidad desafía la seguridad de las transacciones y pone a prueba la confianza en el sistema financiero. Imagen de referencia

Tecnología

En 2024, Colombia reportó 74.829 denuncias por ciberdelitos y sufrió más de 36.000 millones de intentos de ciberataques, una cifra que la posiciona como la segunda nación más golpeada por el delito informático en América Latina. 

El uso de inteligencia artificial está alimentando la producción de contenidos falsos —audios, imágenes y videos— que permiten desde la suplantación de personas hasta fraudes en operaciones financieras. 

Colombia enfrenta un escenario crítico en materia de ciberseguridad que amenaza la estabilidad de sus sectores más estratégicos. Según cifras de la Policía Nacional, en 2024 se registraron 74.829 denuncias por ciberdelitos, un aumento cercano al 20 % frente a 2023, mientras que se contabilizaron más de 36.000 millones de intentos de ciberataques, lo que posiciona al país como el segundo más golpeado de América Latina. Estos incidentes afectan con fuerza a sectores como la banca, la salud y la energía, elevando los costos operativos, generando pérdidas millonarias y debilitando la confianza de los usuarios.

Hasta hace poco, el mayor riesgo estaba concentrado en phishing, robo de credenciales y malware bancario. Hoy, la acelerada evolución de la inteligencia artificial ha dado paso a una amenaza más sofisticada: los deepfakes. Esta tecnología permite crear audios, imágenes y videos falsificados con un realismo tal que pueden utilizarse para suplantar identidades y manipular procesos financieros, generando un riesgo sin precedentes para la confianza en las transacciones digitales.

Impacto de la IA en los nuevos fraudes

Los modelos generativos de inteligencia artificial facilitan la creación de contenidos falsos en cuestión de segundos. Ya no se necesita experiencia técnica para clonar la voz de un cliente, imitar la imagen de un funcionario o fabricar documentos que parecen legítimos. Estas prácticas, que ya circulan en otros países, se usan para aprobar transferencias, falsificar identidades y presentar solicitudes de crédito prácticamente indetectables.

“Estamos viendo cómo la inteligencia artificial, que tiene un enorme potencial positivo, también está siendo usada por los delincuentes para perfeccionar sus ataques. Los fraudes ya no se limitan a correos de phishing mal redactados, sino que incluyen contenidos digitales casi imposibles de distinguir de la realidad. Eso cambia por completo las reglas del juego y exige a las instituciones financieras ir varios pasos adelante. En Incode creemos que Colombia puede liderar la región en innovación financiera segura. Para ello, necesitamos pasar de reaccionar a los fraudes a anticiparnos a ellos con IA y biometría avanzada”, manifiesta Íñigo Castillo, gerente de Incode para Latinoamérica.

En Colombia, donde la adopción de servicios financieros digitales crece de manera exponencial a través de apps, billeteras electrónicas y canales de banca móvil, el riesgo se multiplica. La posibilidad de que contenidos falsificados logren pasar filtros de seguridad no solo expone a las entidades a pérdidas económicas, sino que también pone en juego la confianza de los ciudadanos en el sistema financiero en su conjunto.

El auge de los ciberataques y de las tecnologías de manipulación digital obliga a repensar la seguridad. Según Incode, el reto clave es proteger la confianza en el sistema financiero colombiano, hoy el activo más valioso.

Cuatro acciones clave para anticiparse a este escenario:

1. Adoptar verificación biométrica avanzada. Identidades creadas o manipuladas con IA requieren sistemas capaces de diferenciar a una persona real de una recreación digital, especialmente en procesos como el onboarding o la originación de créditos.

2. Implementar autenticación continua y análisis en tiempo real. La seguridad debe acompañar al usuario durante toda su interacción con la entidad, evaluando señales de comportamiento y contexto para detener operaciones sospechosas en milisegundos.

3. Fortalecer la cooperación sectorial. Bancos, fintech y autoridades necesitan mecanismos compartidos de inteligencia de amenazas y protocolos de respuesta coordinada para reaccionar de manera efectiva.

4. Promover la educación digital del usuario. Enseñar a reconocer señales de suplantación —llamadas sospechosas, mensajes manipulados, solicitudes inusuales— fortalece la primera línea de defensa y refuerza la confianza en los canales digitales.

Para enfrentar el auge del fraude digital, Incode refuerza su presencia en Colombia con soluciones de verificación y autenticación basadas en IA y biometría. Su tecnología, que integra pruebas de vida y autenticación continua, reduce en hasta 99 % el riesgo de suplantación en procesos críticos como onboarding, originación de crédito y transacciones de alto valor.

“Nuestro compromiso es que cada interacción digital en Colombia sea sinónimo de confianza y seguridad. Queremos que cada usuario y cada institución puedan relacionarse en el mundo digital con la tranquilidad de que su identidad está protegida y su futuro asegurado”, agrega Castillo.

Protejamos juntos la confianza en el sistema financiero. Comparta este artículo y ayuda a que más personas conozcan los riesgos de los deepfakes y las estafas digitales, y las soluciones para prevenirlos.

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