¿Vive del rebusque digital? Conozca sus derechos, riesgos y cómo protegerse

El rebusque digital crece con el celular como principal herramienta de trabajo, pero sin garantías laborales

Tecnología

En Colombia, el mercado laboral ha cambiado de forma significativa, pero no necesariamente hacia la formalización. Hoy, una nueva cara domina el panorama: el rebusque digital.

 

Este fenómeno da lugar a una economía alternativa que opera al margen de contratos, beneficios laborales o afiliación al sistema pensional. Miles de colombianos dependen de esta modalidad para sostenerse día a día, con el celular como su principal herramienta de trabajo.

 

Este fenómeno crece al ritmo de la crisis del empleo formal. Según el DANE, el 55,9% de los trabajadores ocupados hoy en el país se encuentra en condiciones de informalidad, mientras que la tasa de desempleo nacional ronda entre el 9% y el 11%, dependiendo del mes. En conjunto, esto refleja que más de seis de cada diez personas en edad laboral no cuentan con un vínculo contractual formal ni acceso pleno al sistema de protección social. Y si bien no existen cifras oficiales consolidadas sobre el rebusque digital, se estima que miles de ciudadanos recurren a este tipo de actividades para generar ingresos, ya sea vendiendo ropa mediante en plataformas como Instagram o Facebook, haciendo domicilios en Rappi, prestando servicios por WhatsApp o realizando cobros mediante billeteras digitales como Nequi o Daviplata. 

“No se trata solo de una tendencia, es un reflejo de la exclusión del mercado formal. Representa una nueva forma de informalidad, más conectada, pero igual de precaria”, asegura Luis Páramo, docente del programa virtual de Economía de Areandina. 

Plataformas, riesgos y vacíos de protección

A diferencia de las formas tradicionales de informalidad laboral, el rebusque digital se apoya en herramientas tecnológicas que no siempre ofrecen garantías. El teléfono celular se ha convertido en el eje central de esta dinámica, donde las oportunidades de empleo son inmediatas, flexibles y sin contratos formales. Este tipo de autoempleo ha ganado terreno, especialmente entre jóvenes, migrantes y madres cabeza de hogar.

 

Plataformas más utilizadas para estas actividades: 

  • Instagram: funciona como vitrina para promocionar productos como maquillaje, ropa, comida o servicios personalizados.
  • Facebook Marketplace: espacio para venta o intercambio de bienes usados, reciclaje o servicios de segunda mano.
  • WhatsApp: se utiliza para enviar catálogos, agendar pedidos, ofrecer servicios y cobrar mediante enlaces de pago.
  • Rappi, Uber, Didi, InDrive: aplicaciones para transporte, mensajería y domicilios, con pagos por tarea completada.
  • Nequiy Daviplata: billeteras digitales que permiten operar sin necesidad de tener una cuenta bancaria tradicional.

“Muchas personas usan tres o más plataformas al mismo tiempo para mantenerse a flote. Venden por redes, hacen giros por billeteras digitales y prestan servicios por apps, todo en un mismo día”, destaca Páramo.

 

Aunque las plataformas digitales han servido como salvavidas económico en tiempos de estancamiento, siguen sin ofrecer seguridad laboral. Los trabajadores del rebusque digital operan al margen del sistema: no tienen cobertura en salud, no cotizan a pensión y carecen de derechos básicos como licencias remuneradas, seguros o subsidios.

 

Los trabajadores del rebusque digital viven con ingresos impredecibles, sin capacidad de ahorro ni acceso al crédito formal, y en constante riesgo ante cualquier eventualidad o problema de salud. Pero el impacto no es solo personal: a nivel estructural, esta modalidad erosiona las finanzas públicas, debilita el sistema pensional y obliga al Estado a asumir costos sociales crecientes.

 

“El rebusque digital deteriora el recaudo fiscal y debilita el pacto intergeneracional que sostiene el sistema pensional. Es un modelo que, si no se regula, puede comprometer la sostenibilidad del Estado”, advierte el académico.

 

¿Cómo formalizarse y qué puede hacer el Estado?

A pesar de la precariedad, existen mecanismos legales que permiten a quienes viven en medio de esta informalidad iniciar un proceso de formalización gradual:

 

Régimen Simple de Tributación (Ley 2277 de 2022): opción para pequeños comerciantes y prestadores de servicios. Permite declarar ingresos, pagar menos impuestos y acceder al sistema de salud y pensión con aportes básicos.

Constituir una empresa unipersonal o una SAS: estructura legal flexible que habilita el crecimiento del negocio, acceso a crédito, posibilidad de contratar y cumplimiento tributario.

 

Afiliación independiente a salud y pensión: aunque implica una carga económica, es una forma de protegerse ante enfermedades, vejez o accidentes.

 

“La formalización no significa perder autonomía. Significa acceder a derechos, construir estabilidad y proyectar un crecimiento real del negocio”, concluye Páramo.

 

El rebusque digital ha llegado para quedarse, impulsado por la conectividad y la urgencia económica. Pero su permanencia no debe darse al margen de la protección social. La clave está en diseñar caminos de formalización viables, que reconozcan la realidad de miles de colombianos, sin renunciar a sus derechos laborales ni comprometer la sostenibilidad del sistema.

 

¿Vive del rebusque digital o conoce a alguien que lo haga? Comparta esta información y ayude a que más personas conozcan sus derechos y alternativas para protegerse. #RebusqueDigital #TrabajoSinContrato #ProtecciónLaboral

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