En Colombia, cerca del 73 % de las pymes enfrentan problemas de liquidez, según la Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI). Además, de acuerdo con Fedesarrollo, solo el 27 % de las empresas en el país cuenta con recursos suficientes para operar más de dos meses sin financiación externa.
En este escenario de tasas de interés elevadas y acceso restringido al crédito bancario, el factoring se ha consolidado como una alternativa creciente para acceder a liquidez inmediata sin endeudamiento.
El factoring es un mecanismo financiero que permite a las empresas convertir sus facturas por cobrar en dinero disponible de forma casi inmediata, sin esperar los plazos pactados con sus clientes. De esta manera, se fortalecen los flujos de caja, se cubren obligaciones fiscales y laborales, y se mantienen las operaciones sin recurrir a créditos que incrementen el nivel de deuda.
En 2024, la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) registró más de 1,8 millones de facturas electrónicas, de las cuales 1,7 millones fueron endosadas a través de operaciones de factoring. Esto movilizó alrededor de 41,08 billones de pesos en liquidez inmediata, lo que evidencia el crecimiento de este mecanismo en la economía colombiana.
“Más que ofrecer productos, en IRIS diseñamos estrategias financieras alineadas al ciclo real de cada empresa. El factoring ha demostrado ser una herramienta poderosa para liberar flujo de caja sin generar nuevas deudas, y lo hacemos con acompañamiento experto y procesos adaptables a cada operación”, explica Alejandro Verswyvel Gutiérrez, presidente de IRIS.
Alternativa frente a las restricciones del crédito tradicional
El acceso a crédito formal se ha vuelto más limitado en los últimos años. Según el Banco de la República, la cartera vencida empresarial aumentó un 18 % en el último año, lo que ha llevado a las entidades financieras a endurecer sus requisitos. En contraste, el factoring ofrece procesos más ágiles, con costos competitivos y sin la necesidad de acumular deuda en balances.
IRIS, a diferencia de modelos genéricos o plataformas automatizadas, combina flexibilidad con asesoría personalizada. Cada cliente cuenta con un especialista que analiza su flujo de ingresos, estructura operativa y necesidades específicas para definir la solución más adecuada. “Acompañamos a nuestros clientes para que la liquidez se convierta en una decisión estratégica. Y para quienes operan con grandes pagadores, estamos desarrollando herramientas que permitan anticipar capital con mayor agilidad”, agrega Verswyvel.
Perspectivas y recomendaciones para las empresas colombianas
La coyuntura actual exige planeación financiera estratégica. Con la entrada en vigor del Decreto 0572, que adelanta el cobro de retención en la fuente para 2026, y con nuevas cargas tributarias en curso, muchas empresas se verán obligadas a gestionar su liquidez de manera anticipada.
El factoring no solo se presenta como una opción de corto plazo, sino también como una herramienta para fortalecer relaciones con clientes y proveedores, garantizar el cumplimiento de obligaciones y evitar crisis de flujo de caja.
Expertos recomiendan iniciar estos procesos antes del cierre de año, pues las compañías que lo hacen con anticipación logran mejores condiciones de negociación y una integración más fluida. “Estamos convencidos de que cuando una empresa crece con claridad y respaldo, también crece su entorno”, concluye el directivo.
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