Necesitamos una ciudadanía con menos frustraciones: John Harold Dávila
"Arte en tiempos de compromiso" "Yarumal Piloto de Reconciliación"
El poeta, cantante y compositor de la Paz, John Harold Dávila se encuentra por estos días haciendo parte del equipo coordinador que implementa el Proyecto Yarumal Piloto de Reconciliación. Despejando Dudas viajó a esa localidad del norte de Antioquia y conversó con él acerca de este proceso.
Despejando Dudas: John Harold, ¿cuéntenos en qué está ahora con sus inquietudes y aportes a la reconciliación en Colombia?
Jhon Harold Dávila: Estamos consolidando el esfuerzo que hace la Red de Iniciativas Ciudadanas por la Paz y Contra la Guerra Redepaz, esto es con el apoyo de la Unidad Nacional de Reparación a Víctimas del Conflicto Armado - UARI, con quienes estamos en un proceso de reparación colectiva con el Gobierno Nacional desde el año 2013 y hemos seleccionado como ´medida de satisfacción´ el municipio de Yarumal. La iniciativa de nuestro movimiento y presencia en la zona norte del departamento de Antioquia, denominada "Madres por la Vida", en aras de implementar la primera experiencia de este tipo luego de los procesos de paz con las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) y ahora más reciente con las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) cuyo grupo insurgente tuvo también presencia bélica en esta zona y aún se sienten los rezagos de estos grupos violentos. Por ejemplo, en mi primera visita nos hemos enterado que aún existe la peligrosa existencia de "MUSE" -munición y artefactos bélicos sin explotar- más exactamente minas anti personales sembradas por los actores armados particularmente ese grupo guerrillero. En el recorrido hacia los corregimientos El Llano, La Loma y Ochalí, nos enteramos de los eventos y accidentes presentados en los últimos años y meses, que perjudican a los campesinos y hace permanecer la zozobra después de la firma del proceso de paz.
D.D.: ¿Qué más están haciendo para reconciliar?
J.H.D.: Debemos visibilizar estas problemáticas que son una tragedia para los habitantes de los campos en Colombia después de un conflicto de más de sesenta años con esa agrupación, y también el ELN (Ejército de Liberación Nacional) ha realizado esas prácticas. Este tema de las minas es sólo un aspecto para evaluar y encontrar soluciones, porque si no intervenimos como Estado en el posconflicto, de nada servirá el esfuerzo de buscar la solución política y negociada a los conflictos armados.
D.D.: Cuéntenos en qué consiste su intervención en este proyecto.
J.H.D.: Nuestro acompañamiento está basado en la sensibilización desde muchos aspectos, para este componente que realizo, la sensibilización sobre la importancia de los derechos humanos, valorándolos como herramienta de conocimiento y darles vida para reconstruir y consolidar el frágil tejido social de nuestras comunidades en los territorios rurales y a partir de la conciencia de que estos existen. Si en las ciudades hay carencia y vacíos en el compromiso de la participación ciudadana, en los campos nos dan ejemplo los labradores, pues ante tanta precariedad, su compromiso es verdadero y con sentido de pertenencia. Siempre quieren aprender. Por esto necesitan de nuestro acompañamiento.
D.D.: ¿Puntualmente cómo es su intervención?
J.H.D.: Desde mi visión como artista implemento una metodología. Me refiero a "Memoria en la palabra y la canción", a la que llamo la "activación del yo creativo" para construir una canción en cada encuentro en las cinco zonas que visitamos y a partir de esta sensibilización en derechos humanos, que los asistentes den sus aportes en palabras y contenidos que quieran lleve la canción. Me inspiro para componerla y con nuestras pinceladas y experiencia le damos vida a un canto que interprete el sentimiento de las comunidades, resultado de “activarles su yo creativo". Concluimos cantando la canción que he compuesto durante la actividad, grabo una guía de la composición, se las enseño y grabamos el coro, y quien quiera y pueda, canta alguna estrofa. Toda persona en potencia es un artista.
D.D.: ¿Y dónde serán las intervenciones del proceso?
J.H.D.: En varios corregimientos que hemos seleccionado en conjunto con las comunidades y contando con el acompañamiento de la administración municipal. Nos referimos a El Cedro, El Llano, Ochalí, La Loma, Cedeño, Los Llanos de Cuivá y en la zona urbana. Esas son las que ya hemos visitado con nuestro componente. Otras jornadas se realizarán hasta el mes de noviembre y luego en Medellín expondremos la muestra de los resultados creativos.
D.D.: Además de los derechos humanos, ¿qué otros temas contendrá este acompañamiento?
J.H.D.: son cuatro jornadas que lleváremos a estos corregimientos de Yarumal. Allí desarrollaremos cuatro componentes; Derechos Humanos, Memoria Transformadora, Cultura de Paz y Justicia Restaurativa. Todos estos componentes se presentarán con énfasis en manifestaciones artísticas que expresen estéticas del ser, y como sostengo, que activen en las comunidades el "yo creativo", como la canción, el dibujo, la interacción con la naturaleza y las artes representativas, por ejemplo, el teatro. Considero que el arte en las sociedades debe ser un activador y los artistas debemos ser ciudadanos comprometidos con los cambios que necesitamos para convertirnos en una sociedad en clave de reconciliación.
D.D.: ¿Qué buscan con este proyecto?
J.H.D.: Más que buscar, es sentir que este piloto de reconciliación podrá convertirse en una hoja de ruta de reflexión frente a la urgente necesidad de priorizar nuestros sentimientos interiores, que nos transformemos personalmente y logremos asumir cambios en nuestra sociedad. Es escuchar las voces de las comunidades, hacer catarsis para vencer frustraciones, es enseñar que es posible cambiar paradigmas, de ahí que ésta intervención sea ejemplo para otras experiencias territoriales que han padecido el conflicto armado colombiano.
D.D.: ¿Qué otra reflexión quiere dejar para nuestras audiencias en esta entrevista?
J.H.D.: Sólo queda decir que para asumir reconciliación en este país es necesario y fundamental la vinculación de todos los entes territoriales, pues no puede ser sólo responsabilidad de la ciudadanía y sus movimientos sociales asumir esta tarea de la reconstrucción, cuya tutela y ejecución deben estar en la dirección de todos los poderes de la administración del Estado, pues históricamente han sido ellos y sus antecesores, socios políticos y económicos de toda pelambre, quienes han tomado las decisiones y el país está como está. Los altos niveles ya incontrolables de corrupción hacen inviable un proyecto de país acorde a las expectativas y exigencias internacionales de mejorar la calidad de vida de los habitantes de Colombia. Necesitamos una ciudadanía con menos frustraciones. Por eso la reconciliación debe fundamentarse sobre la verdad para poder sostener que asumimos procesos sanadores, procesos e intervenciones con las comunidades desde los territorios para "Sanar el Alma".